“Aprender para retratar”
Por Sol Vassallo
“Acepten trabajos que estén seguros de no poder hacer, y háganlos bien”, escribe Leila Guerriero en Tengan algo para decir. Cuando una compañera comentó sobre la propuesta de inscribirnos en el Programa Abiertos, de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario que posibilita el uso de espacios municipales para el dictado de talleres, no estábamos muy seguras de hacerlo, y de poder hacerlo bien.
Hace poco menos de un mes hicimos el cierre del taller de fotografía en el Bosque de los Constituyentes. Fue la última clase de doce que previamente realizamos en el Complejo Astronómico Municipal todos los sábados por la mañana junto a doce alumnos y alumnas que se acercaron por recomendaciones amigas, difusiones, y redes sociales propias o del Planetario.
Entre esas personas, Lourdes, de 15 años, llegó desde barrio Las Flores. Vecina de Nadia, una de las profes de Sur, vio su estado en Whatsapp, habló con su familia y comenzó el taller. “La fotografía a mí siempre me gustó mucho y mi familia me alentó a que si yo quería me podía anotar, me dijeron que era una linda oportunidad para aprender, y el día de mañana usarlo como una fuente de trabajo”, nos dijo antes de una de las últimas clases, sentadas en la escalera de ingreso a la Sala Experimental A del Complejo Astronómico.
Como a muchos de los y las participantes, consultados en el primer encuentro sobre su interés por la fotografía, a Lourdes le gusta la naturaleza, los atardeceres, y buscaba con el taller “aprender para retratar eso; ya sabía cómo usar la cámara del celu, los brillos, los tonos, y quería saber más”.
Desde Sur Productora llegamos con algunas cámaras, y flashes o fondos en algunas ocasiones. Poco a poco los alumnos y alumnas iban trayendo sus equipos, algunos que ya tenían, otros que les prestaban, e incluso algunos que adquirieron una cámara durante el tiempo que duró el curso. Así, con nuestras cámaras y las suyas, todas las clases tuvieron algo de práctica en la cual se sentían fotógrafos o fotógrafas por un rato.
El objetivo del taller, más allá del aprendizaje de cuestiones técnicas o de uso de las cámaras, tenía que ver también y sobre todo con transmitir la pasión por la fotografía, con ver en ella a la vez un arte y un trabajo. Lourdes nos contó que antes de empezar pensaba que podía volverse fotógrafa, que la gente la conozca y que el día de mañana pueda trabajar de esto.
El último sábado, además de sacar fotos, compartimos mates, comida y charla en el Bosque de los Constituyentes. Carina, otra de las alumnas, rescató lo que significó para ella el taller como lugar de encuentro. Por su parte, Lourdes recuperó algo parecido: “Aprendí muchas cosas con las chicas del taller y con las profesoras, y siento que quizá las profesoras se volvieron un círculo de familia, porque es algo único lo que compartí”.